viernes, 4 de octubre de 2013

ESE MOMENTO EN EL QUE, DOS PALABRAS, TE CAMBIAN LA VIDA

Fue una tarde de marzo, de esas soleadas. No hacía frío, ni calor. La verdad es que ... no se lo que hacía porque estaba nerviosa. No eran unos nervios como los que siempre me acompañan, estos eran nervios distintos. 
Después de gastarme 12,5 eu en  el último grito de pruebas de embarazo y que saliera negativo; después de ir a un médico privado cuyas palabras fueron "es muy difícil que estés embarazada"; después de hacerme una analítica y de salirme todo perfecto (no me la hizo de embarazo porque no pensaba que lo estuviese); después de pasar dos o tres semanas con nauseas y mareos.... yo sabía que estaba embarazada y me daba igual todo, los comentarios me entraban por un oído y me salían por otro. 
Concerté cita con la ginecóloga un viernes 22 de marzo del 2013 a las 16:30. Esta vez quise ir sola. En el caso de que fuese SÍ, quería saborear mis "poderes intuitivos", quería saborear ese momento mágico, queria saborear cada instante de ese SÍ  y en caso de que fuese NO, quería asumirlo por mi misma con fortaleza y coraje.

La Dra me llamo, entré y le conté todo lo dicho anteriormente. Ella, me miró fijamente y sentí, que después de unas semanas considerando que yo misma era la única que pensaba que estaba embarazada, había alguien que también pensaba que lo podía estar. 
Entramos a la camilla a que me examinase y...

"Felicidades Miriam, estás embarazada y el embrión está muy bien cogido. Si sigues así, el 21 de noviembre serás mamá"- dijo la doctora.

Y fue, en ese preciso momento en el que, tooooda mi vida, cambiaría para siempre. Puedo decir que lo disfruté, no sabía que hacer: si llorar o reír, así que ... opté por hacer las dos cosas. Aunque, sinceramente me apetecía un montón abrazar a la ginecóloga pero no era procedente y debía controlarme. 
Salí de la consulta y... todo había cambiado, yo no era la de hacía una hora. 
 Con tembleques en todo el cuerpo debido a la emoción, llamé a mi marido y a mis padres y les comuniqué la grandiosa noticia y, en cuanto pude bajar de esa nube y darme cuenta de que no era ni un sueño, ni una paranoia, cogí el coche y me fui a celebrarlo con los míos.

Ese 22 de marzo, mi marido y yo celebrábamos el medio año de casados...

Moraleja: Nunca subestimes a tu intuición.

Y ... con este personal artículo, estreno el Rincón de Arianna (ese puntito negro de la foto que está a punto de salir). Espero que os guste mucho y que lo disfrutéis. 


 


No hay comentarios:

Publicar un comentario